En un mundo empresarial cada vez más competitivo, las habilidades técnicas ya no son suficientes para asegurar el éxito. Ahora más que nunca, es necesario recibir capacitación profesional en temas y herramientas que ayuden a desarrollar la inteligencia emocional (IE), que es un ingrediente clave para el bienestar y la eficacia en el lugar de trabajo.
Este término se entiende como una habilidad transferible que consiste en comprender y manejar las propias emociones. Y este conjunto se divide en 5 elementos clave: autoconocimiento, autogestión, motivación, empatía y habilidades sociales.
Así que si quieres saber cómo desarrollar la inteligencia emocional dentro de tu empresa, aquí te ayudamos y explicamos por qué esta habilidad es tan crucial y cómo puedes fomentarla en tu equipo.
Importancia de la inteligencia emocional en el trabajo y el servicio al cliente
La inteligencia emocional es especialmente importante en el liderazgo gerencial porque una buena gestión ayuda a que las personas que están subordinadas puedan tener menos estrés y experiencias negativas.
Además de esta área, una inteligencia emocional es clave para mejorar la capacidad de comunicación entre los equipos, mejorando el rendimiento y la convivencia entre los colegas.
En puestos de dirección, este elemento es importante porque ayuda a motivar a los equipos cuando se enfrentan a problemas u obstáculos, pues se ha demostrado que alguien con IE alta suele ser mejor resolviendo conflictos.
Todo esto es muy importante en cuanto al servicio al cliente porque ayuda a mejorar las capacidades para tratar a diferentes tipos de personas y afrontar situaciones difíciles, impedir perder relaciones con posibles clientes y más.
Claves para mejorar la inteligencia emocional
Ahora que sabes todo lo anterior, es momento de pasar a lo que puede ayudar a desarrollar la inteligencia emocional en tu empresa.
1. Conocerse mejor
El primer punto es ser conscientes del nivel de inteligencia emocional que se posee, sin importar el tipo de puesto que se tenga.
Existen algunas páginas con test para evaluarlo y conocer las áreas de oportunidad y las más fuertes.
Con esto claro, es mucho más sencillo trabajar en los aspectos que más problemas pueden estar causando y explotar al máximo las áreas de IE en las que destaca cada uno.
Anima a tus trabajadores a preguntarse lo siguiente:
- ¿Cuáles son mis puntos fuertes y débiles emocionalmente?
- ¿Cómo influye mi estado de ánimo en mis pensamiento o en las decisiones que tomo?
Esto ayudará a que tomen mayor conciencia de cómo se presentan ante otras personas.
2. Empatizar con los otros
La empatía no es solo relevante para los líderes, sino que debe estar presente en todos los miembros de una organización.
Esto quiere decir prestar atención y responder a los sentimientos de los demás, pudiendo ponerse en su lugar para comprenderlos mejor.
No significa que todos deban estar de acuerdo con las ideas de los demás, pero que sí puedan entender su postura y aceptarla, lo que ayudará a establecer conexiones más profundas entre compañeros.
3. Escuchar para comprender y no solo para responder
Escuchar es una parte muy importante que suele descuidarse. Aunque no se esté de acuerdo con el punto de vista del otro, es importante prestar atención, reconocer y comprender lo que está diciendo y hacerle saber que es escuchado.
Esto podemos verlo, por ejemplo, con la presentadora Oprah Winfrey, quien al hablar con la gente, no realiza demasiadas preguntas, sino que escucha activamente y deja que todo fluya a partir de las respuestas de los invitados.
Puedes motivar a tus empleados a desarrollar la inteligencia emocional, planteando estas preguntas:
- ¿Cómo me perciben los interlocutores?
- ¿Realmente sigo el diálogo?
- ¿Escucho atentamente para hablar?
4. Ver oportunidades de mejora en los retos y las críticas
Anima a tus colaboradores a profundizar en la forma en que enfrentan las críticas y a tratar de verlas como algo positivo, que puede impulsarlos a mejorar.
Esto supone abordar las emociones que sienten al recibir las críticas y centrarse en cómo podrían afrontar alguna situación similar en un futuro.
Muchas veces, este tipo de comentarios sí pegan, pero si se reconoce algo de verdad en ellos, se puede tomar de buena manera y reflexionar al respecto para cambiar lo que se deba modificar.
Las personas con inteligencia emocional son capaces de preguntarse:
- ¿Por qué me ha molestado el comentario?
- ¿Cómo ha sido mi reacción?
- ¿Qué puedo hacer sin culpar al otro o buscar excusas de por qué actúe así?
5. Realizar capacitaciones y talleres
Puedes proponer talleres internos o externos, que proporcionen herramientas y técnicas específicas para mejorar la inteligencia emocional.
Estos pueden funcionar como espacios para el aprendizaje y la práctica. Al introducir conceptos y ejercicios de inteligencia emocional, se puede brindar a los equipos la oportunidad de entender y mejorar sus habilidades en este ámbito.
Solo debes buscar opciones y asegurarte de que todos tengan acceso a estas oportunidades formativas.
6. Llevar a cabo evaluaciones de IE
Las evaluaciones permiten medir el nivel de inteligencia emocional del equipo, identificando fortalezas y áreas de mejora. Estas evaluaciones, cuando se realizan periódicamente, pueden mostrar progreso y áreas que aún requieren atención.
Emplea herramientas de evaluación estándar o considera contratar a un profesional para realizarlas. Una vez identificadas las áreas de mejora, trabaja en programas de desarrollo específicos para esas áreas.
7. Fomentar la reflexión personal
La introspección es fundamental para el autoconocimiento, y fomentar momentos de reflexión permite a los colaboradores comprender mejor sus emociones y cómo reaccionar ante diferentes situaciones.
Puedes dedicar los primeros minutos de cada reunión para una reflexión personal, proponiendo preguntas guías o simplemente dejando que los empleados compartan lo que sienten.
8. Optar por escenario de role playing
Los ejercicios de interpretación de roles permiten a los empleados practicar la gestión de emociones y conflictos en un entorno controlado, preparándolos para situaciones reales.
Diseña o solicita escenarios relacionados con situaciones laborales comunes, y fomenta la retroalimentación después de cada ejercicio para resaltar aprendizajes y áreas de mejora.
9. Emplear técnicas mindfulness
El mindfulness es una práctica que enseña a estar presente y consciente de nuestras emociones y acciones, por lo que su implementación puede ayudar a mejorar la autoconciencia y la regulación emocional.
Puedes invitar a instructores de mindfulness para sesiones semanales o proporcionar recursos y aplicaciones que los miembros puedan usar en su tiempo libre.
10. Feedback constructivo
La retroalimentación es una herramienta valiosa para el crecimiento. Por ello, es importante proporcionar y recibir feedback constructivo, así las personas pueden entender mejor cómo mejorar sus interacciones y habilidades emocionales.
Implementa sesiones regulares de feedback entre pares y entre supervisores y subordinados, pero antes asegúrate de que todos reciban capacitación empresarial sobre cómo ofrecer feedback de manera efectiva y constructiva.
Conclusión
La inteligencia emocional no es una moda pasajera en el mundo empresarial; es una habilidad esencial que tiene el poder de transformar equipos, mejorar la satisfacción del cliente y potenciar el éxito general de una organización.
Al invertir en su desarrollo y aplicar estrategias concretas, las organizaciones fortalecen su cultura interna y se posicionan como líderes innovadores en un mercado competitivo.
Por ello, te invitamos a considerar seriamente el fortalecimiento de la inteligencia emocional dentro de tu empresa. Si buscas un punto de partida efectivo, en Cofide contamos con cursos que pueden ser la chispa que necesitas para iniciar este viaje transformador. ¡Conócelos!
