Seguro te ha pasado que debes asistir a un curso de capacitación y, de entrada, sientes flojera. Esa flojera se convierte en mala predisposición y, una vez que empieza el curso, no prestamos atención.
Incluso lo podemos llegar a considerar una penitencia por parte de la empresa y nos negamos a que alguien más nos enseñe algo que creemos que ya sabemos. Pero no tiene que ser necesariamente así.
Un capacitador es el medio por el cual nos podemos convertir en mejores personas y profesionales. Aquí exploraremos las características de un capacitador para transformar lo negativo en positivo para los capacitados.
El rol de un capacitador
Un capacitador es una persona que posee conocimientos especializados, incluso hasta las mismas que sus capacitados. La diferencia es que un capacitador posee sus capacidades de una forma más consciente, con más experiencia y experticia.
Además, las ha perfeccionado tanto que sus ideas y conductas están moldeadas. Esto facilita el proceso y aprendizaje de potenciación de capacidades de quienes participan con él, es decir, sus capacitados.
No hay que equivocarse, su tarea no es exclusivamente la de compartir información o la de dominar un tema. Capacitar es el acto de comunicación efectiva, eficaz y positiva.
Efectiva porque debe plasmarse en un cambio actitudinal, eficaz porque es de calidad humana y positiva porque es una conversación.
Un capacitador:
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Busca el horario adecuado
Un capacitador imparte los cursos en una hora donde la gente no tenga pereza ni tenga cansancio. Al mismo tiempo, los programa en un tiempo que no intervenga con las actividades normales de la empresa.
No siempre se podrán realizar las capacitaciones en el horario esperado, sin embargo, el capacitador deberá encontrar la forma de que el curso sea productivo.
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Representa liderazgo
Preparan y guían a las personas para que desarrollen sus habilidades y capacidades para que, de esa forma, puedan aplicarlas en su trabajo. Asimismo, debe lograr que los capacitados se sientan escuchados, valorados y con las ganas de absorber conocimiento de forma autónoma.
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Es empático
Este elemento es esencial. Un buen capacitador se pone al mismo nivel para encontrar la igualdad y generar confianza con los participantes. También trata de reforzar y nutrir los pensamientos positivos que incitan a creer en uno mismo
La empatía de un capacitador también está vinculado con lo emocional. Por eso, el lenguaje corporal y los gestos que acompañan el discurso son sumamente importantes, al igual que cómo se expresa el mensaje.
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Nunca improvisa
Una de las características más fundamentales de un capacitador es la planificación y organización. El curso de capacitación siempre debe contar con objetivos y contenidos que se deben abordar. El verdadero reto es saber comunicar las ideas.
Realizar dinámicas divertidas con todos los participantes, implementar sesiones de relajación corporal o aplicar situaciones que ayuden a entender el significado de trabajo en equipo puede lograr que la capacitación sea muy provechosa.
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Es motivador
Su trabajo es ayudar a sus capacitados a enfrentarse a lo nuevo y los motiva a llevar una planificación, ejecución y, lo más valioso, una evolución ya sea individual o grupal.
Los capacitadores que verdaderamente podrán evidenciar resultados positivos en el curso son aquellos que lograron que los participantes intervengan, opinen y se sientan motivados de seguir escalando en el proceso de aprendizaje.
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Tiene buen sentido del humor
Decir algo gracioso de vez en cuando ayuda a crear un ambiente más ameno y relajado. Además, es una buena manera de romper el hielo con los participantes. Usar el humor elimina la monotonía y linealidad del curso.
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Sabe usar su voz
Un capacitador utiliza técnicas de comunicación para transmitir el mensaje de una forma más eficiente y satisfactoria. En otras palabras, modula su tono de voz, enfatiza las palabras en donde sea necesario y mantiene a todos atentos a su discurso.
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Sabe escuchar
A veces, un capacitador es el terapeuta del trabajo. Al ser un agente externo de la empresa, los participantes pueden sentirse vulnerables y desahogar sus penas o preocupaciones con él. Dependerá del capacitador darle una mano y ayudarle de la mejor manera posible.
Asimismo, cuando los participantes omitan opiniones, es importante que el capacitador no se ofenda ni se moleste aunque esté en desacuerdo. Más bien debe generar un espacio seguro para compartir los sentimientos y llegar a puntos en común.
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Tiene percepción del tiempo
Si bien el capacitador es el actor principal del curso, es primordial que sepa moderar el tiempo que habla y regular el tiempo de su participación, eliminando el “yo, yo”, incentivando la participación y reconociendo cuándo debe guardar silencio.
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Es interactivo
El profesor habla y el resto escucha mientras toma apuntes y memoriza, es un modelo caduco en la actualidad. La clave de conseguir un curso provechoso y productivo, es a través de la participación que produzca una experiencia de aprendizaje.
En otras palabras, el mismo formato de la vida: la experiencia es el mejor maestro. Esto garantiza que los capacitados retengan las enseñanzas impartidas en el curso y sabrán aplicarlo cuando sea necesario.
Reflexión final
El capacitador debe conseguir que cada participante reflexione, platique sobre sus acciones y conductas, reflexione y genere una autocrítica de lo que está funcionando mal en favor de cambiarlo y mejorar. Es ahí cuando el capacitador ha logrado su cometido.
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