El hombre es un ser moral, y a través de las decisiones que va tomando forja una personalidad y un carácter propio.
La ética (del griego ethos, que denomina al lugar donde uno vive) se encarga de disipar la nebulosa que a veces parece confundir el bien con el mal, ya que es necesario que nuestro camino sea el recto y nuestras herramientas honestas.
Nuestro compromiso con lo que es correcto es lo que nos caracteriza como especie y, en última instancia, lo único que termina por protegernos a la hora de construir una sociedad sostenible y de cultura transparente.
Pese que a través de los siglos distintos pensadores y filósofos han propuesto distintos sistemas para normar qué es correcto y qué es incorrecto, lo cierto es que no se puede estar sin ninguno de estos sistemas.
Aquí es donde aparece el conjunto de normas que rigen cada actividad profesional para darle un marco dentro del cual podamos desenvolvernos sabiendo que estamos del lado del bien.
Un campo laboral como el de la contabilidad hace todavía más patente la necesidad de una regulación.
Tratar con dinero, especialmente dinero ajeno, es un asunto muy delicado, y es primordial que quienes lo hagan sean personas transparentes.
El Código de Ética
Es en ese contexto que el Instituto Mexicano de Contadores Públicos se encargó a mediados de la década de 1920 de dar con un Código de Ética Profesional.
Dicho código, actualmente, plantea a grandes rasgos lo siguiente:
En primer lugar, describe cuáles son los principios fundamentales de la ética profesional para Contadores Públicos, para luego establecer un marco conceptual que se centra en estos puntos:
- Identificar amenazas al cumplimiento de los principios fundamentales,
- evaluar la importancia de las amenazas que se han identificado, y
- aplicar salvaguardas en caso de que así sea necesario, para deshacerse de las amenazas o reducirlas a un nivel con el cual se pueda convivir.
Amenazas y la ética profesional
Lo que entendemos por amenaza es todo aquello que pueda poner en riesgo el cumplimiento de los principios fundamentales de la ética profesional.
Se categorizan en los siguientes tipos:
1. Amenaza de interés personal
Esta categoría de amenaza se refiere a un interés, que bien puede ser económico, pero también puede ser de otra índole, que influya de modo inapropiado en el juicio o comportamiento de un contador público.
2. Amenaza de autorrevisión
Esta categoría apunta a la evaluación que cada contador público debe hacer de los resultados de algún juicio previamente emitido o de algún servicio prestado.
Tanto por él mismo como por otra persona dentro de la firma u organización que lo emplea, el cual será luego utilizado como parte de la prestación de un servicio actual.
3. Amenaza de interceder por el cliente
Este aspecto se refiere al riesgo de que el contador público promueva la posición de un cliente o alguna entidad para la que trabaja cuando su objetividad se vea comprometida.
4. Amenaza de familiaridad
Esta amenaza apunta al problema de que una relación larga o cercana entre el contador público y su cliente o la entidad para la que trabaja lo pueda llevar a ser demasiado tolerante con su trabajo o a confundir sus propios intereses con los intereses ajenos.
5. Amenaza de intimidación
Por intimidación comprendemos todo aquello que impide al contador auditor actuar de manera objetiva a causa de presiones reales o percibidas, incluyendo cualquier intento de ejercer una influencia indebida.
Las salvaguardas
Ante estas distintas amenazas al correcto desempeño del contador auditor, se hace necesario establecer ciertos resguardos.
Las salvaguardas son acciones u otras medidas que buscan eliminar o reducir las amenazas. A grandes rasgos son dos:
- Salvaguardas creadas por la profesión, legislación o reglamento
- Salvaguardas en el entorno del trabajo
Los principios de un contador
Detrás de todos estos esfuerzos se encuentra la intención de perseguir un ideal de contador honesto y capaz.
Pensando en este concepto, se han definido 5 principios fundamentales que deben regir su actividad y desempeño:
1. Integridad
El contador debe perseguir la lealtad, la veracidad y la honradez, en todos los aspectos de su desarrollo profesional y en materia de negocios.
2. Objetividad
El contador debe evitar prejuicios, así como alejarse de conflictos de interés y también de la indebida influencia de terceros que afecten su juicio profesional o de negocios.
3. Competencia
El contador debe mantener su conocimiento y sus habilidades profesionales al nivel que su actividad requiere.
Así, podrá garantizar dar tanto a clientes como a las compañías para las que trabaje lo mejor de sí.
4. Confidencialidad
El contador debe respetar el correcto cuidado de la información privilegiada que obtenga en sus relaciones profesionales y de negocio.
Esto implica no revelarla ni tampoco utilizarla para provecho personal o de terceros
5. Conducta
El contador debe cumplir con las leyes y reglamentos que conciernen a su trabajo, pero más allá de él, también debe evitar cualquier acción que desacredite a su profesión y su gremio.
Breve historia del código de ética
Como ya se ha dicho, fue a partir de la formación de gremios que agrupaban a ciertos oficios y profesiones que nació la necesidad de establecer normativas que regulen la conducta de los miembros.
Es así como en 1923 se crea el Instituto de Contadores Públicos Titulados de México, el cual es el antecesor del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, o IMCP.
Tan sólo 2 años después, en 1925, se publica el Reglamento de Ética Profesional. Este contaba con 22 artículos.
Un par de décadas después, en 1955, el IMCP propone una versión actualizada de este reglamento, llegando a abarcar 31 artículos agrupados en 6 capítulos.
Más adelante, y en busca de una mayor formalidad en las normas éticas del a Contaduría, el año 1968 ve la creación del Código de Ética Profesional, o CEP.
Este contenía 46 artículos, también divididos en 6 capítulos.
En 1976 se actualiza el Código y se presenta una nueva edición con 47 artículos y 5 capítulos.
Tan sólo 3 años después vendrá una edición que duró por más de dos décadas, con 56 artículos.
La vorágine de las nuevas tecnologías y un ambiente cada vez más dinámico han llevado a que las normas éticas merezcan una constante revisión.
Así, durante estos últimos años (lo que va del siglo XXI) se han publicado una serie de nuevas ediciones que mantienen su contenido al ritmo de los tiempos.
Ven a aprender con nosotros
Son diversas las facetas sobre las que debes estar al tanto. La Norma de Desarrollo Profesional Continuo nace de las modificaciones realizadas a los estatutos del IMCP de acuerdo con las tendencias de la normatividad internacional.
Y ya que su última edición presenta varios cambios, es importante que te mantengas al día sobre cuáles son.
Es con esta razón en mente, que vayas al paso del desarrollo de tu carrera, que te invitamos cordialmente a asistir al curso que COFIDE tiene para ti.
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