Actualmente, en México es posible distinguir dos realidades muy diferentes en cuanto a su desarrollo económico.
Por un lado, mucha modernidad, con altas tasas de crecimiento, competitivo e integrado a la economía global, que se ha visto beneficiado por su cercanía con Estados Unidos, destino de un gran porcentaje de las exportaciones del país.
Especialmente la zona norte del territorio, ha sido de gran ayuda para que México se haya convertido en una potencia exportadora con acceso a mercados que suman más de mil millones de consumidores en todo el mundo y con acuerdos comerciales con 45 países, ubicándose dentro de las primeras posiciones en el ranking internacional de países que más exportan a nivel global y encabezando la lista en la región latinoamericana.
Gracias la apertura comercial y la inversión que presenta esta cara de México, se ha vivido un auge en sectores como el automotriz, electrónica, la industria aeroespacial y la agricultura.
Además, se ha convertido en uno de los principales países exportadores a nivel mundial de vehículos, computadoras, electrodomésticos, smartphones y pantallas planas en el mundo.
En la contraparte, está México del sur, con un menor nivel de desarrollo, altos niveles de pobreza y baja productividad de sus actividades económicas.
Esto se debe, principalmente, a las barreras estructurales que obstaculiza el potencial productivo de la región: mala conectividad, infraestructura deficiente, un ambiente de negocios poco atractivo, escasa innovación en desarrollo tecnológico y falta de seguridad.
Todo esto se ha traducido, en las últimas décadas, en marcadas diferencias sociales en la zona sur del país: 7 de cada 10 personas de la zona sur viven en situación de pobreza, cifra que se mantiene estable desde 1990.
A partir de este escenario, de un México dividido, surge la necesidad de integrar el crecimiento económico y desarrollo industrial para esta zona.
Por eso, el Presidente Enrique Peña Nieto propuso la creación de Zonas Económicas Especiales (ZEE), con el objetivo de impulsar el crecimiento de zonas de alto potencial productivo, pero que, debido a las barreras que mencionamos antes, no es posible o es más complejo de aprovechar.
Como parte de la iniciativa de implementar aquellas zonas dentro del país, se proyecta alcanzar una inversión superior a los US $5.000 millones, junto con la creación de miles de empleos asociados a los proyectos de inversión que se esperan para los próximos años.
¿Qué son las zonas económicas especiales?
Las ZEE son áreas delimitadas geográficamente dentro de un país, que reúnen todas las ventajas naturales y logísticas para llegar a ser en una región altamente productiva.
En México, fueron creadas con el objetivo de democratizar la productividad a nivel regional y para nivelar las posibilidades de desarrollo y calidad de vida entre las personas del norte y del sur.
Para lograr esta meta, la administración de un país establece, mediante políticas públicas, condiciones especiales que hacen que estas zonas se vuelvan más atractivas para la inversión.
“Es a partir de los incentivos, particularmente fiscales, de la capacitación y mano de obra, o del capital humano que aquí habrá de prepararse y formarse a partir de la infraestructura que habrá de detonarse para hacer de estas Zonas Económicas lugares con un gran potencial de desarrollo”, detalló Peña Nieto.
Así, las nuevas Zonas Económicas Especiales en México buscan crear nuevos polos de desarrollo industrial en la zona sur del país, que actualmente se encuentra rezagada, con el fin de diversificar su economía, mejorar su productividad y mejorar la vida de los mexicanos.
Las nuevas Zonas Económicas Especiales en México
Existen diversas experiencias de ZEE alrededor del mundo, sin embargo, esta es la primera vez que se implementará en México, que considera un paquete de medidas a largo plazo para beneficiar a cada zona económica.
Las nuevas Zonas Económicas Especiales en México próximas a iniciar su funcionamiento, son: Puerto Chiapas (8.216 hectáreas), Lázaro Cárdenas (5.451 hectáreas) y Coatzacoalcos (8.263 hectáreas), todas ubicadas en el sur del país.
De estas primeras zonas estratégicas, las tres ya se encuentran listas para comenzar el proceso de desarrollo de proyectos de manera formal.
“Si nos apuramos, a final de año ya podríamos tener todo. Lo que quiero decir es que ya estamos muy avanzados y en muy pocas semanas estamos preparados nosotros para que el Presidente de la República decida hacer la declaratoria”
Explicó Gerardo Gutiérrez Candiani, titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales.
Aquella declaratoria, dará certeza legal, jurídica y fiscal a todos los inversionistas interesados, de manera que las reglas y procesos queden definidos. Con eso listo, la etapa de concesión de permisos y en unas cuantas semanas se podrá empezar a construir.
¿Qué beneficios se otorgan a las ZEE?
Algunos de los beneficios que tendrán las empresas e inversionistas que decidan hacer negocios en estas zonas son un régimen aduanero especial, un marco regulatorio ágil, infraestructura de primer nivel, programas de apoyo empresarial y otras condiciones preferenciales.
Entre las medidas que se han anunciado para las ZEE, encontramos:
- Incentivos balanceados al capital y al trabajo.
- Simplificación de los trámites a través de una ventanilla y guía única.
- Infraestructura y programas diseñados para elevar la productividad de las empresas y trabajadores.
- Políticas de desarrollo urbano sustentable.
- Plan Maestro para la planeación a largo plazo de las ZEE y toda su área de influencia, con el fin de generar un encadenamiento productivo y que tanto empresas locales como trabajadores del área se vean también beneficiados.
Importancia para la economía del país
Las Zonas Económicas Especiales ofrecen la certeza jurídica y beneficios fiscales a los inversionistas que inicien proyectos en esas zonas del país.
Gracias a esto, se espera que esta iniciativa contribuya a desarrollar nuevas industrias e integrar esta región a la cadena de valor de las industrias que ya existen en el México.
Esto permitirá explorar nuevos mercados y diversificar la matriz económica y la oferta de exportaciones.
Incluso, según las proyecciones, las primeras tres ZEE, Puerto Chiapas, Lázaro Cárdenas y Coatzacoalcos, podrían atraer inversiones por más de 50 mil millones de dólares en los próximos 20 años, generando una importante cantidad de nuevos empleos, que se traducirán en mejorar la competitividad del país.
Hasta el momento, son muchas las empresas que han manifestado su interés en operar en una de las tres ZEE mexicanas que iniciaran su funcionamiento, provenientes principalmente de Asia, Estados Unidos, México y Europa.
Entre las industrias más interesadas en las nuevas ZEE de México están la metalmecánica, acerera, agroindustria y energía.
En definitiva, las Zonas Económicas Especiales en México fueron creadas para equilibrar la balanza económica entre dos zonas del país, el norte y el sur, que históricamente han tenido un desarrollo desigual.
Las proyecciones apuntan a que el impacto de esta iniciativa será bastante positivo para la economía mexicana, sin embargo, los resultados se proyectan a largo plazo.
Se espera que las ZEE ayuden a terminar con el rezago económico del sur. Siendo lo anterior, una gran oportunidad para integrar a los estados de esta zona en el desarrollo económico del país, buscando aumentar sus niveles de crecimiento, generar una mayor estabilidad social y mejorar la calidad de vida de sus habitantes estén a la altura de un país con el nivel de desarrollo que tiene México.