México es el decimoquinto receptor de inversión extranjera (IED) más importante a nivel global.
Luego de alcanzar los 26.000 millones de dólares en 2016, los flujos de IED hacia el país se incrementaron ligeramente en 2017 (29.000 millones de dólares).
Sin embargo, el panorama de la inversión extranjera directa podría cambiar con el nuevo gobierno de México, representado por el electo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tomará posesión de su cargo el próximo 1 de diciembre.
¿Cómo afectará el cambio de gobierno a las inversiones extranjeras?
La agencia calificadora de riesgo soberano Fitch Ratings dijo que la calificación de México de BBB+, con perspectiva estable, podría verse afectada en la administración de López Obrador.
Especialmente a causa de un fuerte debilitamiento de la consistencia y credibilidad macroeconómica, y al debilitamiento de las reformas estructurales en proceso de implementación.
La calificadora advierte que existe incertidumbre frente a la postura que tomará el nuevo gobierno de México en materia fiscal, económica y energética.
Esto puede disminuir las tasas de inversión internacional hasta que haya mayor claridad en el mercado sobre este tema.
En la misma línea, es posible que López Obrador evalué la reforma del sector energético, haga nuevos nombramientos en Pemex, revise contratos y, en términos generales, modifique el ritmo de las futuras rondas para la exploración y desarrollo de hidrocarburos.
Por otra parte, un incremento de la tendencia en la carga de la deuda del Gobierno y el posible deterioro de las relaciones comerciales, económicas y financieras con USA (principal socio comercial), también podrían incidir negativamente en la inversión local y las proyecciones de crecimiento.
Esto, pese a que los primeros acercamientos entre AMLO y Trump se dieron con pie derecho y ambos presidentes señalaron su intención de construir una buena relación.
¿Y las inversiones españolas en México?
Según una publicación del Diario el Economista de España, las inversiones hispanas en suelo mexicano sumaron los $5.000 millones en diferentes sectores.
Pero este máximo podría ser difícil de superar si el nuevo gobierno de México opta por proteger la economía nacional y le da preferencia a las empresas mexicanas frente a las internacionales, tal y como lo anunció en uno de los puntos de su programa económico: “aumentar el contenido de producción nacional en sectores estratégicos”.
Sin embargo, cabe señalar que AMLO especificó que no va a confiscar bienes ni llevará a cabo expropiaciones o nacionalizaciones, sino que su principal estrategia para sacar adelante al país es la lucha contra la corrupción.
Aun así, en el artículo citado se afirma que las amenazas de nacionalización que en el pasado lanzó AMLO contra la banca han creado malestar y preocupación.
Pero esa no es la única inquietud de la banca española con respecto al nuevo gobierno mexicano.
De acuerdo con la publicación del Diario el Economista de España citada anteriormente, los analistas temen que una ralentización de la economía, a causa de malas resoluciones en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, deriven en una caída en la solicitud de préstamos, pongan en riesgo la calidad de los activos y frenen el crecimiento de los márgenes.
Otros de los sectores en los que la elección de AMLO podría limitar la inversión española son el energético (con más de $20.000 millones en stock de inversión) y el turístico, puesto que el electo presidente amenazó con parar, revisar o no concretar el nuevo aeropuerto de Ciudad de México.
Algunas consideraciones adicionales
En abril de este año, El Economista recogió algunas de las apreciaciones que apuntan hacia el peligro que supondría una elección de AMLO.
En éstas, Gabriela Siller -cabeza del equipo de análisis de CIBanco- dijo que el
“peor escenario en términos electorales sería la victoria de un candidato que cancele la reforma energética porque generaría una crisis y fuga de capitales”.
Calculaba, en ese momento, una salida de capitales por 50,000 millones de dólares, una caída de la IED y una posible recesión de la economía mexicana.
Por otra parte, en su análisis titulado La Paradoja de Abril, Citibanamex anticipaba que un triunfo de AMLO derivaría en un proceso de deterioro de las cuentas fiscales, con un déficit amplio del 4% para el 2022.
Esto afectaría negativamente las calificaciones soberanas y produciría tasas de interés más altas, menor crecimiento y mayor inflación. Un panorama económico nada atractivo para el inversionista extranjero.
Por lo demás, tendremos que esperar el comienzo de la administración de AMLO para conocer el impacto real de su política en la inversión extranjera directa, y realizar un análisis sobre los hechos para determinar la efectividad de las mismas.