Las condiciones adversas y las presiones externas siguen estando presentes en la economía mexicana. A continuación, te mostraré el escenario actual y las previsiones futuras.Inflación: conceptos básicos
Antes de adentrarnos de lleno en lo que a inflación y comercio exterior respecta, nunca está de más hacer un breve repaso y contextualizar el tema.
La inflación es el aumento generalizado y continuado de los precios del mercado durante un periodo de tiempo, generalmente un año.
Cuando el nivel general de precios se eleva, con cada unidad de moneda vas a adquirir menos bienes y servicios. En otras palabras, la inflación refleja la disminución de tu poder adquisitivo.
En líneas generales, existen tres tipos de inflación:
- Moderada, que se refiere al incremento de forma lenta de precios.
- Galopante, que sucede cuando los precios incrementan las tasas de dos a tres dígitos en un plazo promedio de un año.
- Hiperinflación, que es una inflación anormal en la cual el índice de precios aumenta en más de 1000% anual.
El control de la inflación es el objetivo de nuestras autoridades monetarias mexicanas. En este sentido, se cuentan varias estrategias y herramientas, como la política monetaria, el control de precios, el tipo de cambio y algunas más.
En ese sentido, todos los meses las oficinas de estadísticas gubernamentales recopilan los precios de más de 100.000 bienes y servicios de varias empresas minoristas, incluyendo los sitios web.
Los precios se actualizan cada mes, y las oficinas visitan siempre las mismas tiendas para asegurarse de monitorear los mismos productos a lo largo del tiempo.
Después, toda esa información se combina teniendo en cuenta los datos del consumo promedio del hogar para crear un índice general de precios.
Inflación y comercio exterior en México
2017 no fue un buen año para la economía mexicana. De hecho, el país alcanzó su mayor inflación en casi 17 años, llegando a una tasa de 6.77% al cierre de diciembre, dando cuenta del complejo escenario que enfrentaría la nación en los meses venideros.
Este fuerte incremento en la inflación afectó a más de 9 millones de familias, golpeando con mayor fuerza a las familias con menores ingresos: uno de cada cuatro hogares del país, es decir, del 27% de la población, que registran ingresos de hasta tres salarios mínimos.
A consecuencia de estos valores, el índice de la canasta básica reportó un alza anual del 9.61% en 2017, la tasa más alta en 17 años desde marzo del 2000, cuando se ubicó en 9.74%.
Este deterioro del valor de la moneda es perjudicial para las personas que cobran un salario fijo, tales como los obreros y pensionados.
En resumidas cuentas, en 2017 se alcanzó la tasa de inflación más alta en los últimos 17 años. Sin embargo, ¿cómo afecta esto al comercio exterior?
La inflación afecta al tipo de cambio nominal, es decir, la cantidad de monedas locales que son necesarias para adquirir una unidad extranjera.
Siendo así, el alza sostenida de los precios en una economía favorece a las importaciones, afectando negativamente las exportaciones, ¿por qué?
Principalmente, porque al devaluarse la moneda local los productos disponibles en el comercio local suben de precio, haciendo que sea más barato importarlos.
Por ello, y en lo que a comercio exterior respecta, la inflación podría favorecer la adquisición de especies desde fuera de nuestras fronteras, permitiendo que las personas puedan acceder a bienes a menor precio.
Por otro lado, cuando hay inflación la competitividad cambiaria afecta a quienes buscan exportar productos.
De esta manera, los exportadores no ven rentable su actividad en un escenario de moneda devaluada, impactando negativamente en la economía local al perderse puestos de trabajo y deteriorar relaciones comerciales internacionales.
Estimaciones financieras para 2018
El pronóstico de inflación para finales de este año apunta a una importante baja de la inflación anual hasta un 4.08%, es decir, esperamos un importante ajuste a la baja del 2.69% respecto al cierre de 2017. Pero los niveles de incertidumbre también son altos.
Pese a lo anterior, es necesario estar atentos a tres sucesos que determinarán las fluctuaciones económicas en el mercado local: la elección presidencial, el resultado de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y por último, la repercusión que tenga la reforma fiscal de Estados Unidos en México.
Sin duda, estos factores incidirán en la manera en que se desarrolle el comercio exterior en nuestro país.
Sin embargo, 2018 comenzó con el pie derecho para la economía mexicana: durante el primer mes del año el peso ha tenido una apreciación alrededor del 6%, cifra que variará conforme se acerquen las elecciones, por lo que el tipo de cambio presentará fluctuaciones importantes durante los próximos meses como consecuencia del proceso electoral.
Además, lo que ocurra con la renegociación del TLCAN tendrá un impacto considerable en la economía mexicana, algo que tiene a los comerciantes atentos a lo que suceda.
Después de todo, México pasó de ser un exportador de petróleo a centrarse en productos automotrices, por lo que eventuales cambios en la materia podrían cambiar todo el panorama del comercio exterior en México.
Pese a lo anterior, se estima que la economía mexicana crecerá en un 1.9% durante 2018.
Según el propio Fondo Monetario Internacional (FMI),
“los principales riesgos para las perspectivas de crecimiento incluyen una mayor y prolongada incertidumbre sobre el ritmo y el resultado de las negociaciones del TLCAN, un crecimiento de EEUU más débil de lo previsto y una renovada volatilidad en los mercados financieros mundiales“.
En lo referente a devaluación de la moneda para 2018, Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (Banxico), estima que la inflación debería mostrar un descenso consistente para lograr la meta del 3% anual al cierre del año.
De darse este escenario, se vería favorecido el comercio exterior, incentivando tanto importaciones como exportaciones.
El economista aseguró que el Banco Central trabajará con cualquiera de los candidatos que resulte ganador de la contienda electoral y rechazó que la institución sea presionada políticamente.
Por el contrario, sostuvo que hay respeto a la autonomía. El banco es ajeno al ciclo político y en ese sentido, la autonomía que está a nivel constitucional y marcada en la Ley apunta en esa dirección.
Además, agregó que el país cuenta con:
“finanzas públicas que se han fortalecido, la política monetaria se ha hecho más restrictiva para hacer frente al entorno más incierto y volátil, y existe un sistema financiero sólido, con liquidez y bien regulado“.
Para finalizar, se prevé que el Banco de México elevará las tasas en 25 puntos base, luego de lo cual se espera una pausa para valorar la tendencia a la inflación y analizar los riesgos tras el crecimiento económico.