Capacitar significa ofrecer herramientas para que los involucrados dentro de una empresa puedan incorporar conocimiento teórico, práctico y/o actitudinal que les permita un mejor desempeño.
Se trata de un recurso imprescindible para cualquier organización con el fin de potenciar las habilidades de sus empleados y consecuentemente la productividad del conjunto.
La importancia de la capacitación en una empresa implica dotar a los empleados de las herramientas necesarias para mejorar su desempeño y por lo tanto la productividad que tengan en sus actividades diarias.
Según el Banco Mundial, el 31.6 % de las empresas de América Latina tiene problemas para encontrar trabajadores los suficientemente capacitados, un dato considerablemente más alto que el promedio mundial (21.2 %).
La competencia en el mercado actual exige que los empleados se adapten constantemente a los cambios en las industrias y de los cambios y mejoras tecnológicas o, inclusive, de las transformaciones socioculturales.
Se trata de demostrar visión global y capacidad de adaptación. Estas habilidades redundarán en un mejor rendimiento, más motivación personal y un mayor compromiso con la institución. A nivel corporativo la productividad se verá claramente beneficiada.
Es fundamental que las empresas consideren la capacitación como necesaria y le otorguen el rol que cumple: un valor agregado que redunda en resultados positivos y por ende en ganancias.
No se trata solamente de aspectos económicos sino que a una mejora en la consecución de metas, organización interna, eficacia de cada eslabón en la cadena y bienestar del personal.
Para desarrollar una buena estrategia de capacitación debemos plantearla desde las necesidades actuales y planificarlas de manera sistemática y permanente.
El plan tiene que ajustarse a los puestos laborales del momento sin confundirlos con los puestos futuros. Las estrategias a largo plazo tienen características propias y diferentes.
Toda organización fija objetivos a cumplir. Para lograr estas metas es imprescindible que los empleados cuenten con las habilidades requeridas.
Cuando logramos que cada uno de los involucrados resuelva con destreza su labor se sortean las dificultades y se consiguen los resultados deseados.
Las metas cumplidas no son solo un beneficio para la empresa. Crece la imagen corporativa pero también la autoconfianza del recurso humano y su identificación.
Esta satisfacción personal produce motivación y evita la migración de empleados hacia otras organizaciones. La rotación constante en los puestos laborales genera pérdidas y gastos indeseados que nos alejan de nuestra planificación.
Básicamente existen cuatro áreas a considerar:
Como síntesis final podemos listar los principales motivos por los cuales estamos convencidos de la importancia de la capacitación en una empresa:
Nunca olvidemos que son los empleados quienes sostienen una empresa. Si invertimos en su capacitación estamos garantizando que su talento sea volcado en el proyecto común.
Esta ventaja es invaluable a la hora de evaluar resultados. Ofrecerles herramientas para un desempeño óptimo no debería ser una obligación sino una política institucional.