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La enseñanza y la capacitación, una visión histórica del desarrollo de la humanidad.

La enseñanza y la capacitación, una visión histórica del desarrollo de la humanidad.

Para comprender el presente, y planear el futuro; es necesario voltear al pasado, y conocerlo. Aprender de él. 

En este artículo haré un breve recorrido sobre la evolución de la enseñanza y la capacitación durante la historia de la humanidad, sus aciertos y retrocesos. 

¿Qué encontrarás? 

Primeramente, partiremos con la Edad Antigua, luego la Edad Media, el Renacimiento, la Revolución Industrial, el Fordismo, los “Tiempos Modernos” de Chaplin, hasta llegar a nuestros días. 

Pero no te espantes. No es un tratado histórico, ni mucho menos un “choro mareador”. Es nomás platicadito; lo suficiente para darnos una idea general y aprender un poco de nuestro pasado. 

Evidentemente, hay mucho de qué hablar sobre el tema, y que he dejado fuera, sin embargo, espero que lo encuentres interesante, pero, sobre todo, útil. 

También abordaré el concepto de Capacitación, los beneficios que de ella se desprenden, y, finalmente, concluiré hablando un poco sobre el Plan DNC (Plan de Detección de Necesidades de Capacitación).  

Sin más que agregar, subámonos al DeLorean, abrochémonos nuestros cinturones, y demos inicio a nuestro viaje por el tiempo (después regresaremos al futuro). 

 

  Marco histórico: 

La Edad Antigua: 

A grandes rasgos, se caracterizó por la influencia grecorromana en el arte y la cultura; el florecimiento de grandes ciudades bien organizadas y funcionales, además de los grandes inventos: resultado de las necesidades más apremiantes y de cuestiones militares. 

Es, en la etapa de oro de la filosofía griega, en donde se sentaron las bases de la educación moderna. 

En ella, destacaron figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles

Pero fue Platón la figura central, quien dejaría un legado escrito a la humanidad con más de cincuenta años de reflexión y debate. 

En donde plasmó sus ideas filosóficas y políticas en sus famosos “Diálogos”. 

A él se le debe el precedente de la concepción moderna de Universidad, basada en la escuela que fundó en Atenas, a la que nombraría como: “Academia”

Platón, como filósofo, abordó el estudio de la naturaleza del conocimiento y las condiciones que lo permiten. Base fundamental de la organización e implementación de la enseñanza. 

 

 La Edad Media: 

Al Medioevo, por su parte, se le ha tachado, sobre todo por algunos personajes del Renacimiento y la Ilustración (entre los que destaca Voltaire), como una edad oscura, de superstición y de barbarie. 

Un periodo de la historia en el que hubo grandes guerras y pandemias (recordemos la “peste negra”), de estancamiento, y hasta de retroceso en muchos aspectos.  

Espacio de tiempo que duró mil años, en el que prácticamente no cambió nada. 

Por otra parte, algunos autores contemporáneos la defienden de sus detractores, y ensalzan algunos avances en materia de inventos para la subsistencia, arte y enseñanza. 

Entre los años 1200 y 1400 de la era cristiana, se fundaron las primeras Universidades en Europa, (aunque de manera precaria y solo para unos pocos privilegiados); en donde se estudiaba la medicina, el derecho y la teología. 

Así pues, una época de claroscuros, (quizá más oscuros que claros) en donde el grueso de la población europea era analfabeto y vivía bajo un régimen de tipo feudal y teocrático. 

  

El Renacimiento: 

Después vendría el Renacimiento, que significó un nuevo despertar en el arte, la cultura y las ciencias. El voltear atrás hacia los grandes filósofos griegos. 

Con el invento de la imprenta, por Johannes Gutenberg, el encuentro con la información y el conocimiento se volvió más accesible.

Pero todavía arrastraba la resaca de la Edad Media.  

Era como una gran losa monolítica que la sociedad de aquél entonces cargaba en su espalda, cual valiente y heroico Pípila.  

A decir verdad, no fue fácil sacudirse de todo aquello, sino hasta que llegó la Revolución Industrial (o primera revolución), alrededor de la segunda mitad del siglo XVIII. 

 

¿Cómo estaba organizada la sociedad y la economía antes de esta transición a la modernidad? 

Estaba dispersa en comunidades rurales, y las ciudades contaban con pocos habitantes. La gran mayoría vivía de la agricultura, el comercio y la artesanía. Prevalecía el hambre y la mortandad. 

El conocimiento de los oficios se transmitía de generación en generación dentro de las familias (y era secreto), o en los gremios. 

La escala jerárquica de los trabajadores estaba conformada por: el maestro, los oficiales y, al final, los aprendices. A estos últimos, se les enseñaba todo sobre la marcha, es decir, trabajando y aprendiendo.  

Además, la lógica de la capacitación-aprendizaje se concentraba en pequeños grupos que estaban esparcidos por todos lados; y, en el mejor de los casos, en el ámbito de lo militar. 

 

Las máquinas 

Y de repente, aparece la máquina de vapor de James Watt, que significaría un punto de inflexión; la liberación de la losa; lo que le daría la voltereta a la economía, al estilo de vida común del momento y a las clases sociales. 

¿Te puedes imaginar a las personas comunicándose entre ellas de que en las ciudades había mucha “chamba” en lugares llamados fábricas?  

¿Te puedes imaginar la migración de comunidades enteras del campo a las ciudades?  

¿Te puedes imaginar el nuevo paisaje urbano, en el que sobresalían estos centros de producción con sus enormes chimeneas exhalando humo y vapor? 

 

¿Te puedes imaginar el gran salto? 

Con ello, los artesanos se convirtieron en parte del folclor tradicional y cultural, porque ahora había máquinas. 

¡Guau! Qué impresión debieron llevarse aquellas personas cuando presenciaron por primera vez (boquiabiertos) estos artefactos ruidosos y monstruosos; verdaderos gigantes de metal y lubricantes. 

Es de esperarse pensar, que debió haber sido mayúsculo su asombro, cuando a lo que estaban acostumbrados era ver trabajar la tierra por yuntas de bueyes, y burros transportando carga. 

 

Continua la lectura del artículo más adelante

 

Empieza la capacitación, en serio y en serie: 

Ahora bien, ya existían las fábricas, ya tenían a los obreros, lo único que hacía falta para que todo funcionara como una sola unidad de producción era la capacitación. 

Y esto se puede expresar mediante esta simple ecuación: 

Fábrica + Obreros + Capacitación = Producción 

La forma tradicional de transmitir el conocimiento, como mencioné anteriormente, ahora era desplazada por aulas dentro de las fábricas en donde se capacitaba al personal (varios a la vez) por un solo instructor. 

 

El Fordismo: 

Ya en el siglo XX, Henry Ford, llevaría esas prácticas al límite. Revolucionaría la industria de la producción en cadena al introducir su automóvil, modelo “T”, en 1908.  

Con el Fordismo, la capacitación del personal obrero dio un giro de 180 grados.  

Mediante esta nueva forma de producir, los trabajadores eran capacitados para llevar a cabo una sola actividad de todo un complejo proceso de fabricación.  

El resultado:  

  • La fábrica tenía total control de los tiempos de producción, y no los obreros especializados en procesos completos. 
  • No se requería mano de obra cualificada. 
  • La producción aumentaba. 
  • Los costos bajaban. 
  • Las utilidades subían. 

 

Sin embargo, aunque la paga era buena (en las fábricas de producción de automóviles de la marca Ford), también se presentó el fenómeno del estrés y baja autoestima entre los obreros. 

Esto porque el mecanismo de trabajo los obligaba a realizar siempre lo mismo y no tener la oportunidad de crecer personalmente. 

La deserción laboral también era alta. 

 

Los Tiempos Modernos: 

Una excelente película que te recomiendo, en donde se parodia esta situación, se llama: “Tiempos Modernos”, con el excepcional Charlie Chaplin, (Te aseguro que te vas a atacar de la risa). 

Para Chaplin, la película es una severa crítica al sistema capitalista y a la producción en masa y acumulación de inventarios. 

Al igual que también exhibe la codicia de los dueños de los medios de producción. 

Porque dicho sistema derivó en severos abusos y explotación sobre la clase obrera, muy parecidos a una nueva clase de esclavitud. 

Esto, por supuesto, hoy en día nos conlleva a una reflexión:

¿Cómo humanizar a las organizaciones? ¿Cómo hacerlas productivas y conservar la mano de obra valiosa calificada? ¿Cómo evitar la fuga de talentos?  

Tal vez la respuesta se encuentre en la implementación de la capacitación laboral, de manera profesional y continua. 

 

La capacitación: 

Pero…, ¿Qué es la capacitación

Es un proceso o método en el que se enseñan nuevos conocimientos o actualizan los ya adquiridos, con la finalidad de formar personal más productivo, tanto individualmente, como en equipo a nivel empresarial.  

Es una forma de enseñanza, más corta, pero más especializada. 

 

Beneficios de la capacitación: 

  • Alienta el desarrollo integral del trabajador, y, por consiguiente: 
  • Levanta su estado anímico, al sentirse mejor preparado y útil. 
  • Complementa su educación formal. 
  • Disminuyen los errores. 
  • Aumenta la inventiva y la iniciativa. 
  • Mayor capacidad y entereza para enfrentar y resolver problemas. 
  • Aumenta la confianza y seguridad en el trabajo. 
  • Se está actualizado con las nuevas tecnologías, lo que redunda en una mejor productividad. 
  • El personal crea un vínculo empático con la organización (se pone la camiseta). 
  • Ayuda a la toma asertiva de decisiones. 
  • Es la brújula que orienta el rumbo a seguir. 
  • Y te ayuda, también, a conseguir un ascenso jerárquico, o un mejor empleo. 

 

Plan DNC 

Ya vimos, a grosso modo, como la Revolución Industrial dio pie a la necesidad de capacitar de manera eficiente al personal obrero que trabajaría en las fábricas. 

Sin duda, dicha revolución, también cambió la sociedad y el nivel de vida de las personas. 

Ya en el siglo XX, las escuelas, en donde se les impartía enseñanza a los niños y jóvenes, al igual que las Universidades, empezaron a aparecer en muchas ciudades a través de todo el mundo, de una forma cotidiana. 

Era ya algo alcanzable, pues. 

De ellas, salía gente más educada y preparada; ¡justo lo que las compañías necesitaban! 

Pero surgió un fenómeno: muchos creían que con tan solo este hecho, las personas ya saldrían listas para realizar el trabajo encomendado. El complemento (experiencia y habilidad), se obtendría ya durante los cocolazos.

Y entonces recaímos en la Edad Media (ya en la modernidad).  

Después de la Segunda Guerra Mundial, con un gran periodo de paz, la humanidad se echó en la hamaca. 

De los cincuenta a los noventa, los avances tecnológicos y científicos caminaron a paso de tortuga.  

De esto no me dejarán mentir las generaciones de los Baby Boomers y la de los “X” (misma a la que pertenezco). 

Lo más moderno, a lo que teníamos acceso en aquellos tiempos, eran el teléfono alámbrico, los automóviles, la televisión, aviones y electrodomésticos, (es lo que me llega a la mente).  Los cuales sufrieron pocos cambios durante mucho tiempo. 

La capacitación fue desdeñada y echada a un cajón para cerrarlo.  ¿Para qué la necesitaban? Si ya salían de la escuela sabiendo. 

Y los que se atrevían a incursionar en ella, lo hacían de una manera efímera y sin ningún plan. 

Solo los grandes corporativos y la NASA se lo tomaban en serio. 

Todo eso cambió con la llegada del internet, los celulares y la Globalización.  

La necesidad de aprender más y más rápido, en un mundo más competido y competitivo, se hizo una necesidad y una prioridad. 

A partir de entonces, la capacitación inhaló su segundo aire.  

Esto empezó a tomarse con mayor reflexión, al igual que cuestionarse cómo llevarlo a cabo. 

La respuesta fue muy simple: detectar qué necesidades de capacitación eran las requeridas en los centros de trabajo; implementar un plan, y llevarlo a cabo (Plan DNC). 

El Plan DNC parte de un diagnóstico de la situación de la empresa y sus colaboradores. 

Es decir, de las funciones que se ejercen en cada puesto de trabajo, del desempeño obtenido y de la problemática que engloba todo esto. 

Esto implica un análisis profundo, por áreas y por jerarquías de trabajo; entrevistas con el personal, revisión de procesos y ambiente de trabajo, y hasta de estadísticas.  

Con esta información, se podrá estructurar el plan adecuado de capacitación, el contenido del mismo y la manera de evaluar los conocimientos adquiridos. 

 

Comentarios finales: 

Lo que vivimos hoy en día es el resultado del aprendizaje, por medio de la enseñanza y de la capacitación. De la evolución y aplicación del “saber” adquirido. 

Todo tiene que ver con la forma de enseñar y de aprender. De la obtención de nuevos conocimientos y de la actualización de los mismos. 

Me hubiera gustado ahondar más en las etapas de la historia, motivo de este artículo, pero eso significaba extenderme demasiado. 

De manera que tomé algunos pasajes de lo más relevante para darle cuerpo a este escrito y cumplir con el objetivo trazado:  

Mostrar una visión general, a través del tiempo, sobre lo que perseguía Platón: comprender el conocimiento y cómo transmitirlo de la mejor manera.  ¿Qué te parece? 

Me gustaría saber qué piensas al respecto de este escrito, ¿te gustó o no? ¿Qué añadirías? ¿Qué reflexión te llevaste? 

Quedo al pendiente. Hasta la próxima, amigos.

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